Blog de Estás a Cargo
El repasador de la mamá
Cuando terminamos de lavar los platos, mi hermana y yo les ponemos encima un repasador. Hasta que nos casamos nunca nadie nos planteó porqué lo hacíamos. Y nosotras tampoco lo pensamos. Nuestra mamá lo hacía. Quizás lo aprendió de la suya. Es la fuerza de lo cultural. Se naturalizan algunos modos de hacer las tareas en las familias y en los grupos. Y parece que existe sólo esa forma. Ninguna más. Hasta que las cosas cambian. Si lo pensamos, algo parecido pasa en las organizaciones. Cuando llevamos adelante procesos de cambio cultural estamos lidiando con resistencias que las personas tienen muy arraigadas a veces, en el corazón. Tanto que las han hecho parte de su identidad. Se les han mezclado con sus valores. Hay muchos repasadores de la mamá dando vueltas entre los tires si aflojes que impone el cambio. Se esgrimen discursos como modernidad, imagen de cara al cliente, evolución de la tecnología. Y sin dudas tienen sentido. El gran desafío es construir sobre lo que había. Apoyar lo nuevo sobre la mejor versión, la más elevada de lo que ya tenían. La matemática es exacta. Cero multiplicado por algo siempre da cero. Cero actitud conservacionista = cero apoyo. A menor comprensión, más resistencia. A mayor rigidez para imponer, menos voluntad para adaptarse. No me había dado cuenta cuánto me servían las matemáticas para escribir.