Todo lo que hacemos es arte

La gran necesidad de las organizaciones hoy es contar con gente que piense “out of the box” FUERA DE LA CAJA.
Que mire las cosas con ojos nuevos. La demanda para las áreas de capacitación es la de promover la innovación. Preparar suelos con tierra suelta donde plantar las ideas, sin expectativas rígidas, donde haya un regocijo por el proceso. Hacer sin preocuparse demasiado por el resultado.

El hacer improvisado es el propio resultado. “Free play”, el libro de Nachmanovitch es una gran fuente de inspiración: lo inesperado nos aguarda en cada curva. El futuro es un misterio vasto. Podemos confiar en que el mismo será una sorpresa perpetua. Y por ende una perpetua invitación a crear. Seguir una vida creativa implica permanecer abierto al cambio. Para hacer cualquier cosa artística es necesaria adquirir una técnica y no con ella. Me parece que la primera montaña por escalar es la de los bloqueos individuales para el flujo natural de la creatividad.
¿Cómo se aprende a improvisar?
Es una pregunta que se responde con otra pregunta: ¿Qué nos lo impide? La creación espontánea surge de lo más profundo de nuestro ser cuando nos planteamos ¿Por qué seguir haciéndolo igual? ¿Y por qué no?

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